luisa cerutti de bailone

rubén yagüe

10 puntos para nuestra agenda de gobierno municipal

 

1) Un buen gobierno municipal se verá en dificultades si no existe un claro proceso de desconcentración administrativa.


2) Un proceso integrado de desarrollo municipal requiere una estrategia nacional de desarrollo municipal. Por supuesto, se necesita de una gran decisión política para reconocerles a los municipios el derecho de autogobierno.
La transferencia de capacidades y competencias a los municipios debe ser parte de una estrategia y no simplemente una decisión reactiva cuando los ciudadanos claman por soluciones inmediatas a sus necesidades. Por el contrario, si predomina una visión de los municipios como simples entes de gestión administrativa, la noción de auto gobierno se pierde y la distancia de los ciudadanos del sistema político se profundiza.


3) En el nivel municipal se requiere combinar la fornalidad institucional que imponen los espacios estatales nacionales y alcanzar mayor flexibilidad política para la gobernabilidad de la sociedad local.
La lógica nornativista del gobierno central es un chaleco de fuerza para la gestión municipal y el concepto mismo de gobierno tiene acentos diferentes en ambos espacios. En efecto, por su cercanía con la gente y por el carácter micropolítico de muchos de sus problemas, el gobierno municipal precisa de flexibilidad, mientras que a nivel central predomina una lógica de rutinas de alta regularidad. Esta tensión se resuelve si el gobierno nacional contribuye a la consolidación de un núcleo municipal fuerte, aunque muy simple, que mantenga el impulso estratégico del proceso político democrático y que sea capaz de llevar adelante el gobierno municipal.
Y, aunque obvio, cabe añadir que esta flexibilidad no debe impedir que existan en el gobierno municipal rutinas y criterio de eficiencia, selectividad y economía de recursos en la gestión, así como severos sistemas de control. Es más, la transparencia de la gestión municipal debe ser de tal magnitud que resista la más severa auditoría ciudadana.


4) La organización y participación ciudadana en la gestión de los asuntos públicos se construye desde el nivel local .La ciudadanía es algo más que la simple descripción de los requisitos legales para ejercerla. Ella comienza a desarrollarse desde la infancia de las personas, en un delicado proceso de socialización política que tiene que ver con la familia, el entorno comunitario y barrial, la educación y los mensajes que fluyen en la sociedad. Este proceso continuo encuentra en el municipio el espacio ideal para su desarrollo. Además, en una época como la actual, dada la velocidad y la complejidad técnica de las decisiones de gobierno, la calidad de esa socialización resulta determinante para formar personas que asuman su ciudadanía y jueguen un rol más activo y crítico frente a los temas públicos. Sin duda, ello incidirá directamente en la calidad de las decisiones de gobierno y de la democracia y sus instituciones.
El fortalecimiento de la sociedad civil aparece en consecuencia como un objetivo a ser priorizado por la política local. Para ello es preciso facilitar en el nivel municipal la creación de organizaciones sociales que representen intereses ciudadanos ante los poderes públicos, emprendimiento básico para el mejoramiento de la calidad de vida en los barrios, la seguridad ciudadana, la recreación, el deporte, la extensión cultural, las condiciones ambientales, el perfeccionamiento del mercado laboral, la defensa del consumidor y cuantos temas se puedan imaginar.


5) En política, la vinculación directa con los problemas sociales constituye la mitad de una buena solución. La experiencia es contundente, en el Estado nacional los problemas se transforman por lo general en estadísticas y, en caso de intensidad extrema, en un problema político. En cambio, a nivel municipal tienen la impronta de la gente. El municipio es así un espacio privilegiado para la aplicación eficiente de políticas sociales participativas y focalizadas. En el nivel municipal es posible

  • Determinar beneficiarios o políticas cruzando dos o más variables que garanticen una selectividad en la calificación.
  • Personalizar los impactos de las acciones y programas en el universo de beneficiarios.
  • Formular políticas públicas con participación ciudadana, pues la gestión de políticas sociales no es sólo un problema de gobierno sino también de la comunidad, la que debe asumir formas y mecanismos de auto ayuda frente a los problemas.
  • Determinar el costo de cada prestación individual de los servicios, dado que las cifras menores de niveles burocráticos y de masa poblacional atendida.

Estas características hacen al municipio no sólo más eficiente que otras instancias en materia de política social, sino que también le otorgan a estas políticas una proximidad mayor y más transparencia.


6) La participación requiere por lo menos de tres niveles para su cumplimiento acabado. El primero de ellos es la participación en la información. Nadie puede querer comprometerse con lo que no conoce. La publicación del diario de sesiones, balances contables, digestos, etc., son mecanismos que permite que el vecino "sepa de qué se trata".
El segundo nivel, que supone el cumplimiento del primero, es el de la participación en la consulta. El objetivo es requerir la opinión de todo aquel que resultará afectado por una decisión gubernamental o que pueda aportar un conocimiento específico sobre el tema. La creación de consejos consultivos, el plebiscito, los informes técnicos obligatorios, son algunos mecanismos para organizar la tarea consultiva. El tercer nivel, luego de la toma de decisiones del que gobierna, es el de la participación en el control de gestión, cuyo fin es verificar cómo se ejecuta la decisión adoptada.
Un gobierno municipal participativo implica, por tanto, la conformación de una oferta de mecanismos concretos -que deben ser institucionalizados, es decir previstos en las normas, en las ordenanzas de la ciudad- que permitan acercar al ciudadano a la decisión pública. Villa Mercedes necesita un municipio transparente y claro que de seguridad y confianza a los villamercedinos.


7) A nivel local se puede planificar por y para el ciudadano. Como ya se dijo, la dimensión técnica de la política municipal implica contar con sólidos equipos profesionales para dar respuesta adecuada a los problemas. Pero, y tan importante como aquello, es el diálogo permanente entre los técnicos, las soluciones que plantean y las aspiraciones y opiniones de los grupos de la comunidad. Esto es básico en los municipios con menos recursos, donde la participación de la gente y las respuestas innovativas que surgen de su capacidad creativa son determinantes para el éxito o fracaso de una política.
La participación ciudadana requiere obviamente de instrumentos para sumarse a la gestión municipal. Uno de estos instrumentos puede ser la discusión participativa del presupuesto, concebida como un proceso de información a la ciudadanía, jerarquizando o priorizando demandas. La participación efectiva del vecino en el diseño del presupuesto permite además construir el interés general a partir de los intereses particular y facilita el desarrollo político de la gente. Otro instrumento, la microplanificación de barrios o sectores donde deben concertar funcionarios y líderes sociales para la formulación de programas; o la ejecución de obras en conjunto entre el municipio y la comunidad.


8) El municipio como primer ámbito de organización política y territorial también debe incorporar a su quehacer la cuestión ambiental con la intervención activa de la sociedad. Desde el ámbito municipal se deberá propiciar el proceso político colectivo hacia la definición de qué medio ambiente se desea, cuándo y cómo se han de organizar sociedad y Estado para lograrlo.


9) En el municipio los ciudadanos toman contacto real con los nuevos temas. En cualquier país, el proceso de modernización implica la aparición de nuevos temas, que no son abstracciones lejanas a la gente o académicas; por el contrario, tienen que ver y mucho con los intereses más inmediatos de las personas. La agenda política de un municipio debe identificarlos para que la comunidad en su conjunto asuma el debate como una meta deseable de su acción colectiva.
La promoción de una cultura de la tolerancia y la innovación y la apertura a lo nuevo constituyen la base de la disposición que deben tener las sociedades para enfrentar el mundo interdependiente en el cual vivimos.
La globalización económica y política y la difusión de los logros y la revolución científico-técnica y del conocimiento y el surgimiento de nuevos problemas sociales redefinen el sentido y características del poder local en tres aspectos básicos: su gestión, su organización y las características de los actores políticos.
Este conjunto de temas nuevos e inciertos definen la relación entre lo local y lo global. La integración económica, el medio ambiente, el desarrollo urbano, el ordenamiento territorial, la reforma funcional del Estado son asuntos que sólo podrán asumir- se integralmente como políticas públicas si tienen el ámbito municipal como base de acción. En otras palabras, el municipio debe prepararse para ser un actor decisivo del proceso de modernización.
En este sentido, un instrumento básico en esta nueva relación es una política de comunicaciones e información ciudadana que difunda los propósitos, fines, beneficios y riesgos de la acción gubernamental y de todos los temas de la modernidad. Sólo así es posible cerrar en forma adecuada el círculo entre modernidad, transparencia, participación política y ciudadanía.
En el marco de esa política de comunicaciones, el municipio tiene que promover y facilitar el acceso de la sociedad a los beneficios de la informatización. A través de una red vía Internet el municipio puede:

  • Beneficiar el desarrollo económico a partir de poner al servicio de las empresas radicadas en los municipios una red que les posibilite ampliar las fronteras de sus mercados y acceder a la información relacionada con las posibilidades de innovación tecnológica, asistencia financiera y otras acciones que le son la mayoría de las veces desconocidas.
  • Beneficiar el accionar de las organizaciones no gubernamentales, (ONGs). Propender a la preservación y expansión de la rica cultura local de Villa Mercedes.


Este tipo de emprendimientos será útil, además, para horizontalizar y democratizar la información, de modo que sus beneficios alcancen al conjunto de la sociedad.


10) En cuanto a la función del concejal, el tipo de representación que ejerce es la de una representación ante el gobierno. El concejal es el canal por el cual los vecinos pueden hacer llegar sus quejas, sugerencias y/o proyectos al Concejo Deliberante. Para ello es preciso una permanente presencia del edil en la vida de su municipio, y existen mecanismos que permiten el mejoramiento de esta relación vecino concejal.
En tal sentido, resulta prioritario plantear que, para que exista una verdadera representación, con un mando y un mandante, debe contemplarse la posibilidad de la revocatoria del mandato.
Sin revocatoria el vecino destinatario de las políticas públicas queda a la deriva. Para que el concejal pueda ejercer su tarea de control del ejecutivo municipal debe ser auditado.

VOLVER