10
puntos para nuestra agenda de gobierno municipal
1)
Un buen gobierno municipal se verá en dificultades si no existe
un claro proceso de desconcentración administrativa.
2) Un proceso integrado de desarrollo municipal requiere una estrategia
nacional de desarrollo municipal. Por supuesto, se necesita de una gran
decisión política para reconocerles a los municipios el
derecho de autogobierno.
La transferencia de capacidades y competencias a los municipios debe ser
parte de una estrategia y no simplemente una decisión reactiva
cuando los ciudadanos claman por soluciones inmediatas a sus necesidades.
Por el contrario, si predomina una visión de los municipios como
simples entes de gestión administrativa, la noción de auto
gobierno se pierde y la distancia de los ciudadanos del sistema político
se profundiza.
3) En el nivel municipal se requiere combinar la fornalidad institucional
que imponen los espacios estatales nacionales y alcanzar mayor flexibilidad
política para la gobernabilidad de la sociedad local.
La lógica nornativista del gobierno central es un chaleco de fuerza
para la gestión municipal y el concepto mismo de gobierno tiene
acentos diferentes en ambos espacios. En efecto, por su cercanía
con la gente y por el carácter micropolítico de muchos de
sus problemas, el gobierno municipal precisa de flexibilidad, mientras
que a nivel central predomina una lógica de rutinas de alta regularidad.
Esta tensión se resuelve si el gobierno nacional contribuye a la
consolidación de un núcleo municipal fuerte, aunque muy
simple, que mantenga el impulso estratégico del proceso político
democrático y que sea capaz de llevar adelante el gobierno municipal.
Y, aunque obvio, cabe añadir que esta flexibilidad no debe impedir
que existan en el gobierno municipal rutinas y criterio de eficiencia,
selectividad y economía de recursos en la gestión, así
como severos sistemas de control. Es más, la transparencia de la
gestión municipal debe ser de tal magnitud que resista la más
severa auditoría ciudadana.
4) La organización y participación ciudadana en la gestión
de los asuntos públicos se construye desde el nivel local .La ciudadanía
es algo más que la simple descripción de los requisitos
legales para ejercerla. Ella comienza a desarrollarse desde la infancia
de las personas, en un delicado proceso de socialización política
que tiene que ver con la familia, el entorno comunitario y barrial, la
educación y los mensajes que fluyen en la sociedad. Este proceso
continuo encuentra en el municipio el espacio ideal para su desarrollo.
Además, en una época como la actual, dada la velocidad y
la complejidad técnica de las decisiones de gobierno, la calidad
de esa socialización resulta determinante para formar personas
que asuman su ciudadanía y jueguen un rol más activo y crítico
frente a los temas públicos. Sin duda, ello incidirá directamente
en la calidad de las decisiones de gobierno y de la democracia y sus instituciones.
El fortalecimiento de la sociedad civil aparece en consecuencia como un
objetivo a ser priorizado por la política local. Para ello es preciso
facilitar en el nivel municipal la creación de organizaciones sociales
que representen intereses ciudadanos ante los poderes públicos,
emprendimiento básico para el mejoramiento de la calidad de vida
en los barrios, la seguridad ciudadana, la recreación, el deporte,
la extensión cultural, las condiciones ambientales, el perfeccionamiento
del mercado laboral, la defensa del consumidor y cuantos temas se puedan
imaginar.
5) En política, la vinculación directa con los problemas
sociales constituye la mitad de una buena solución. La experiencia
es contundente, en el Estado nacional los problemas se transforman por
lo general en estadísticas y, en caso de intensidad extrema, en
un problema político. En cambio, a nivel municipal tienen la impronta
de la gente. El municipio es así un espacio privilegiado para la
aplicación eficiente de políticas sociales participativas
y focalizadas. En el nivel municipal es posible
Determinar
beneficiarios o políticas cruzando dos o más variables
que garanticen una selectividad en la calificación.
Personalizar
los impactos de las acciones y programas en el universo de beneficiarios.
Formular
políticas públicas con participación ciudadana,
pues la gestión de políticas sociales no es sólo
un problema de gobierno sino también de la comunidad, la que
debe asumir formas y mecanismos de auto ayuda frente a los problemas.
Determinar
el costo de cada prestación individual de los servicios, dado
que las cifras menores de niveles burocráticos y de masa poblacional
atendida.
Estas
características hacen al municipio no sólo más eficiente
que otras instancias en materia de política social, sino que también
le otorgan a estas políticas una proximidad mayor y más
transparencia.
6) La participación requiere por lo menos de tres niveles para
su cumplimiento acabado. El primero de ellos es la participación
en la información. Nadie puede querer comprometerse con lo que
no conoce. La publicación del diario de sesiones, balances contables,
digestos, etc., son mecanismos que permite que el vecino "sepa de
qué se trata".
El segundo nivel, que supone el cumplimiento del primero, es el de la
participación en la consulta. El objetivo es requerir la opinión
de todo aquel que resultará afectado por una decisión gubernamental
o que pueda aportar un conocimiento específico sobre el tema. La
creación de consejos consultivos, el plebiscito, los informes técnicos
obligatorios, son algunos mecanismos para organizar la tarea consultiva.
El tercer nivel, luego de la toma de decisiones del que gobierna, es el
de la participación en el control de gestión, cuyo fin es
verificar cómo se ejecuta la decisión adoptada.
Un gobierno municipal participativo implica, por tanto, la conformación
de una oferta de mecanismos concretos -que deben ser institucionalizados,
es decir previstos en las normas, en las ordenanzas de la ciudad- que
permitan acercar al ciudadano a la decisión pública. Villa
Mercedes necesita un municipio transparente y claro que de seguridad y
confianza a los villamercedinos.
7) A nivel local se puede planificar por y para el ciudadano. Como ya
se dijo, la dimensión técnica de la política municipal
implica contar con sólidos equipos profesionales para dar respuesta
adecuada a los problemas. Pero, y tan importante como aquello, es el diálogo
permanente entre los técnicos, las soluciones que plantean y las
aspiraciones y opiniones de los grupos de la comunidad. Esto es básico
en los municipios con menos recursos, donde la participación de
la gente y las respuestas innovativas que surgen de su capacidad creativa
son determinantes para el éxito o fracaso de una política.
La participación ciudadana requiere obviamente de instrumentos
para sumarse a la gestión municipal. Uno de estos instrumentos
puede ser la discusión participativa del presupuesto, concebida
como un proceso de información a la ciudadanía, jerarquizando
o priorizando demandas. La participación efectiva del vecino en
el diseño del presupuesto permite además construir el interés
general a partir de los intereses particular y facilita el desarrollo
político de la gente. Otro instrumento, la microplanificación
de barrios o sectores donde deben concertar funcionarios y líderes
sociales para la formulación de programas; o la ejecución
de obras en conjunto entre el municipio y la comunidad.
8) El municipio como primer ámbito de organización política
y territorial también debe incorporar a su quehacer la cuestión
ambiental con la intervención activa de la sociedad. Desde el ámbito
municipal se deberá propiciar el proceso político colectivo
hacia la definición de qué medio ambiente se desea, cuándo
y cómo se han de organizar sociedad y Estado para lograrlo.
9) En el municipio los ciudadanos toman contacto real con los nuevos temas.
En cualquier país, el proceso de modernización implica la
aparición de nuevos temas, que no son abstracciones lejanas a la
gente o académicas; por el contrario, tienen que ver y mucho con
los intereses más inmediatos de las personas. La agenda política
de un municipio debe identificarlos para que la comunidad en su conjunto
asuma el debate como una meta deseable de su acción colectiva.
La promoción de una cultura de la tolerancia y la innovación
y la apertura a lo nuevo constituyen la base de la disposición
que deben tener las sociedades para enfrentar el mundo interdependiente
en el cual vivimos.
La globalización económica y política y la difusión
de los logros y la revolución científico-técnica
y del conocimiento y el surgimiento de nuevos problemas sociales redefinen
el sentido y características del poder local en tres aspectos básicos:
su gestión, su organización y las características
de los actores políticos.
Este conjunto de temas nuevos e inciertos definen la relación entre
lo local y lo global. La integración económica, el medio
ambiente, el desarrollo urbano, el ordenamiento territorial, la reforma
funcional del Estado son asuntos que sólo podrán asumir-
se integralmente como políticas públicas si tienen el ámbito
municipal como base de acción. En otras palabras, el municipio
debe prepararse para ser un actor decisivo del proceso de modernización.
En este sentido, un instrumento básico en esta nueva relación
es una política de comunicaciones e información ciudadana
que difunda los propósitos, fines, beneficios y riesgos de la acción
gubernamental y de todos los temas de la modernidad. Sólo así
es posible cerrar en forma adecuada el círculo entre modernidad,
transparencia, participación política y ciudadanía.
En el marco de esa política de comunicaciones, el municipio tiene
que promover y facilitar el acceso de la sociedad a los beneficios de
la informatización. A través de una red vía Internet
el municipio puede:
Beneficiar
el desarrollo económico a partir de poner al servicio de las
empresas radicadas en los municipios una red que les posibilite ampliar
las fronteras de sus mercados y acceder a la información relacionada
con las posibilidades de innovación tecnológica, asistencia
financiera y otras acciones que le son la mayoría de las veces
desconocidas.
Beneficiar
el accionar de las organizaciones no gubernamentales, (ONGs). Propender
a la preservación y expansión de la rica cultura local
de Villa Mercedes.
Este tipo de emprendimientos será útil, además, para
horizontalizar y democratizar la información, de modo que sus beneficios
alcancen al conjunto de la sociedad.
10) En cuanto a la función del concejal, el tipo de representación
que ejerce es la de una representación ante el gobierno. El concejal
es el canal por el cual los vecinos pueden hacer llegar sus quejas, sugerencias
y/o proyectos al Concejo Deliberante. Para ello es preciso una permanente
presencia del edil en la vida de su municipio, y existen mecanismos que
permiten el mejoramiento de esta relación vecino concejal.
En tal sentido, resulta prioritario plantear que, para que exista una
verdadera representación, con un mando y un mandante, debe contemplarse
la posibilidad de la revocatoria del mandato.
Sin revocatoria el vecino destinatario de las políticas públicas
queda a la deriva. Para que el concejal pueda ejercer su tarea de control
del ejecutivo municipal debe ser auditado.